La Otra Familia
Y quizá no sea la primera vez que lo diga pero de verdad que hay gente que nos marca el alma...que nos marca la vida..
Y es que es bien cierto que nadie nos da a elegir a la familia que tenemos, a esas personas de nuestro mismo tipo de sangre, con las personas que compartimos ADN, y es que nadie nos da a elegir a nuestra madre, a nuestro padre o a nuestros hermanos y ya sea para bien o para mal es algo con lo que tenemos que lidiar toda nuestra vida de forma indirecta o directamente y no quiero decir con "lidiar" algo malo, pero tampoco es necesariamente algo bueno y es que estamos en un momento de nuestras vidas en el que en el concepto de la familia se trata por todos los medios posibles de enaltecer y reitero que no es que este bien o este mal; sin embargo esas personas con las que compartimos el llamado "bloodline" y que no tuvimos la opción de elegir no quiere decir siempre que sean personas buenas en nuestras vidas, muchas veces gente de nuestra familia, de nuestra propia sangre son los primeros en insultar, discriminar, ofender, detener los sueños, en no apoyar, en como decimos coloquialmente son los primeros en "ponernos el pie" Y como estos podría pasarme poniendo cientos de ejemplos.
Lo importante y maravilloso de la vida es que sea cual sea el caso con la familia que nos toco, sea cual sea la experiencia respecto al tema, lo más genial de esto es la posibilidad que como seres individuales tenemos de elegir; de elegir a esas personas importantes para nosotros, de escoger a quien queremos en nuestras vidas... a alguien que nos ayude a cumplir nuestros sueños, que nos empuje a ser mejores, que nos de las alas para volar alto, que día con día nos haga querer ser mejores personas.
Tenemos la posibilidad de elegir a esas personas que sin compartir el mismo ADN, la misma línea de sangre; entran en nuestra vida para hacerla un poquito mejor, para reír hasta que nos duela el estomago, a esas personas a las que les puedes contar cualquier cosa por más profunda o por más tonta que parezca, con las que puedes llorar hasta el amanecer, con las que como con todos los seres humanos tendrás diferencias pero que sabes que están ahí a pesar de las mismas y que es cuando te das cuenta que no te equivocaste en elegirlas.
Claro a veces también podemos hacer malas elecciones pero lo maravilloso de ello es que podemos alejarnos y aprender de dicha experiencia.
Y es que no me vas a negar que justo ahora, leyendo estas líneas se te viene a la mente esa personita que elegiste, ya sea un amigo, una pareja... esa personita que en muchas ocasiones te conoce mejor que tu propia sangre, esa persona que al pasar los días te conoce y la conoces un poquito más... y si bien es cierto que no hay vida suficiente para conocer a las personas, pero eso incluye a todas las personas y me refiero si también a la familia; sin embargo la ventaja de elegir a esa personas que formar parte de nuestra vida con el título, la etiqueta o el concepto que se quiera poner es justo eso la ventaja de poder decidir.
Esa personita que esta en tu mente ahora mismo, como esta en la mía se vuelve parte de nosotros, porque existe complicidad, confianza, cariño, amor, por que existe química y física entre ambos, existen miles de cosas que ambos vieron uno en el otro y que se eligieron...te invito a cerrar los ojos 30 segundos y que por un momento veas lo afortunadx que eres por tener a esa persona o personas, lo afortunado que eres en tener el poder de decidir, de elegir a quien quieres en tu vida, sin la imposición de la sangre.
Y si te digo ahora que con toda la certeza esa persona es parte de nosotros, y que esas personas sin tener el mismo apellido, el mismo código genético, el mismo ADN, la misma línea de sangre pueden llegar a ser hasta más importantes que la familia; porque esas personas a pesar de no tener ello se convierten en familia.
La familia que queremos por decisión, por elección y no por imposición.